EDUCACIÓN
En el ámbito de la educación hay muchos tópicos llenos de errores, que afectan a los principios de los que parten: uno de ellos deriva del concepto antinómico (opuesto) de lo real, lo que es por contraposición a lo ideal, a lo que debe ser.
¿En dónde está el error? Entre ambos puntos está el factor tiempo (la labor docente, educativa), pero olvidamos que el factor tiempo pertenece al ámbito del pensamiento:
- Se piensa que la atención puede ejercitarse, perfeccionarse. La discriminación perceptiva sí, la atención no.
- Si un niño es competitivo, por el mero hecho de enseñarle lo opuesto, la colaboración y cooperación no cambiará (por ejercitar lo opuesto, no se cambiará).
RELIGIÓN
Lo mismo acontece en el ámbito religioso.
- Alguien siente que no es virtuoso y quiere llegar a serlo, para lo cual pondrá en marcha unas prácticas y ejercicios, pero no le sacarán de donde está.
- Querer llegar a ser uno diferente, mejor de lo que se es en el presente, parte de la contradicción de no admitir quien se es. ¿Cómo se puede cambiar si no se acepta lo que se es?
En una ocasión, un cura, en una ceremonia religiosa dice: «El amor es como una pequeña planta a la que hay que cuidar para que crezca […]».
Este religioso incurre en el error de incluir el amor entre las actividades del pensamiento que, como fruto del pasado, es algo muerto.
- El amor no es algo que pueda crecer o decrecer. Pertenece al ámbito de la inteligencia, que no tiene ninguna relación con el pensamiento.
- A los católicos se les dice que deben ser humildes. Ese «deber ser» implica poner en práctica, ejercitar. Ese ejercicio nos convierte en hipócritas. La humildad aparecerá de forma natural cuando descubramos nuestra vanidad.
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