Bullying escolar

Por si alguien anda despistado acerca del significado de la palabra inglesa del título, sepa que no es sino el viejo y conocido acoso. ¿Qué características tiene? Pues fundamentalmente el maltrato de otra persona basado en la superioridad de la fuerza física del agresor, o superioridad del número de acosadores ante la persona víctima de los ataques. El maltrato puede ser de índole físico, verbal o psicológico, aunque estas modalidades suelen producirse simultáneamente. Otra característica es el tiempo: no suele ser algo puntual, reducido a una situación determinada, por el contrario, suele ser un hecho reiterado y centrado en el mismo sujeto y producido por las mismas personas, lo que posibilita extraer unas conclusiones o constantes que nos ayudarán a la hora de analizar el fenómeno.

Al estudiar las posibles causas o motivos mencionados en los diferentes estudios acerca del asunto, se citan las siguientes: familia desestructurada (carencias afectivas) por parte del agresor, maltrato familiar, rechazo o discriminación también intrafamiliar, y penurias o necesidades económicas. Luego se hace referencia a otras causas que suenan a tópicos, como la falta de valores en el modelo educativo paterno, otras veces se achaca a este modelo una disciplina autoritaria basada en el castigo corporal; puede haber muchas más causas como la envidia, etcétera. Por otro lado, habida cuenta que el acoso se produce en grupo, justo porque se refuerza la cohesión del mismo, tendremos que convenir acerca de la probabilidad de que concurran buena parte de las causas mencionadas, lo que también dificultará el abordamiento de la solución.

Centrándonos ya en la respuesta al conflicto y dado que se trata de una conducta humana, será indicado echar mano de una ciencia como la psicología para que nos esclarezca los móviles, habitualmente inconscientes, que están llevando al grupo a actuar de ese modo, contrario a la racionalidad. Para ello, tenemos que recurrir a un proceso bien conocido en esa ciencia, por el cual un sujeto proyecta (lanza) sobre otro algo propio, como una característica, un rasgo desagradable, propiciando a continuación la acusación correspondiente. Para que esto se entienda bien, recurrimos a la sabiduría popular de un refrán, por el cual se hace referencia al sujeto que ve la viga en el ojo ajeno y no ve la paja en el propio. Esto es lo que hacen los niños pequeños en el juego cuando utilizan un juguete (un animal) para descargar contra él, proyectivamente, sus propios temores y ansiedades en forma de agresión.

Bien, ya conocemos la dinámica interna de dicha conducta y ahora se trata de aplicarla, pedagógicamente, a la resolución del conflicto. Cómo se hace. Teniendo en cuenta que el sujeto acosador es desconocedor del motivo de su comportamiento, por ser inconsciente, se trata de esclarecérselo, como se le diría al sujeto del refrán: “tú también llevas una paja en el ojo y no la ves”. Y como habíamos convenido que cada miembro del grupo podrá tener su particular causa, habrá que adaptar la interpretación, la explicación, a su caso particular. Esta es la forma de abordar definitivamente este problema, yendo a las causas.

Para terminar, haremos mención de una película, “American Beauty”, en la que uno de los actores (el estadounidense Chris Cooper), representando el papel de militar y padre de un adolescente, “proyecta” sobre el hijo su propia homosexualidad, acusándolo de la misma.

Chris Cooper en American Beauty (1999) (Fuente IMDB)
Chris Cooper en American Beauty (1999) (Fuente IMDB)

Kevin Spacey y Chris Cooper en American Beauty (1999) (Fuente IMDB)
Kevin Spacey y Chris Cooper en American Beauty (1999) (Fuente IMDB)

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