Una aproximación al fenómeno LGTBIQ+

Mucho ha avanzado la sociedad en derechos humanos y sociales de un tiempo a esta parte y no sin lucha. Cuántos han dejado la vida en el empeño, y, en el mejor de los casos, sufriendo marginaciones, humillaciones de toda índole, empezando por la familia, que consideraba una vergüenza pública tener en casa un miembro con estas características, al que acababan expulsando del hogar, más que nada para justificarse ante los ciudadanos, sin importarles si tenía o no amparo y refugio en el que poder vivir.

Por otra parte, muchos individuos de esta sociedad también manifestaban este rechazo en forma de agresiones, y, al apelativo de «maricón», proyectaban sobre estos sujetos sus propios sentimientos homosexuales para, de alguna forma, estar diciendo “yo no lo soy”. La propia ley fascista contra vagos y maleantes se encargaba de hacerles la vida imposible. Queda así, aquí, constancia del gran avance social en este apartado, no obstante, las grandes lagunas de ignorancia o desconocimiento del fenómeno, o el desinterés de la ciencia, como temiendo ser mal interpretada y pasando por alto el hecho de que muchas personas de este colectivo están con el sufrimiento de la incertidumbre que acompaña sus vidas. Las próximas líneas van en este sentido.

Probablemente quien las lea lo haga con el afán de descubrir si el que escribe estos párrafos está a favor o en contra del tema. No se trata de eso, es más bien que cuando se lee un trabajo al respecto, se puede apreciar que muchos aspectos del mismo ya fueron estudiados por expertos y nunca se hace referencia a ellos. Suponemos que se trata de desconocimiento.

EL amor.

Veamos, cuando se hace alusión a la orientación sexual, se parte de la diferencia entre sexo y género, queriendo con ello decir que el primero viene determinado por la genética, mientras que el segundo, el género, aunque tiene un componente somático, está más vinculado a la cultura, las vivencias y fantasías, y no tiene por qué estar vinculado estrictamente a lo genital.

Pero la clave está en lo siguiente. Lo que llamamos sentimientos, vivencias y fantasías y que integramos bajo la palabra género, es lo que Freud y los psicoanalistas llamaban desarrollo de la libido. Ahora se sabe que desde el nacimiento, estas pulsiones pasan por muchos procesos durante la evolución a través de diferentes etapas y posiciones, correspondiéndole a cada una de ellas determinadas fantasías y vivencias. Dicho avance no es cosa fácil, yendo acompañado de temores y no pocas ansiedades, con el consiguiente peligro de quedar atascado y no evolucionar. Pues bien, desde las primeras fases, tanto el niño como la niña, al no tener claras las identidades tanto del padre como de la madre, pasa por diversas posiciones en las que en un momento se vincula al padre, identificándose con él, y, en otros momentos, lo hará con el personaje de la madre. Evidentemente, en etapas posteriores, a medida que las diferencias genitales se hacen más evidentes, ya no se podrán negar, y a partir de entonces pueden empezar a aparecer los problemas, cuando las fantasías están en contradicción con el sexo, buscando la solución más fácil de utilizar el sexo para dar cumplido a dichas fantasías.

Orgullo Gay en Madrid.
Orgullo Gay en Madrid.

Alguien se preguntará, ¿y cómo se explican los diferentes colectivos desde el punto de vista de esta teoría de la evolución de la libido, de las fantasías y deseos? La persona homosexual-lesbiana quedó fijada a la identidad de la madre y la persona homosexual-gay a la del padre, del mismo modo que el sujeto bisexual quedó atrapado entre los dos. Por su parte, el sujeto transexual, si es hombre, identificándose con el género de la madre, pero, al tener más presente el aspecto genital, con el que no se identifica, estará obsesionado hasta que consiga del cirujano la emasculación. Estos procesos de la evolución de la libido, con sus correspondientes fantasías, fueron muy bien estudiados por la corriente inglesa de psicoanálisis, encabezada por Melanie Klein y todos sus colaboradores como Hanna Segal, Wilfred Bion, Susann Isaacs, Money-Kyrley, etcétera.

Alguien se preguntará también: si esa libido, con sus fantasías, es un proceso evolutivo, cómo afecta ello tanto al sujeto si evoluciona como si queda estancado, fijado? En este último caso, si queda bloqueado, por decirlo de alguna manera, puede afectar menos en el sentido de que se queda fijado a un determinado modo de vivenciar sus fantasías, tanto la persona homosexual-lesbiana como la homosexual-gay, con sus respectivas parejas y posibilitando una estabilidad en la relación, independientemente de que puedan aparecer problemas vinculados a otros aspectos de la convivencia. Por el contrario, si la libido evoluciona, puede haber problemas si ya se distancia de las vivencias de la pareja. Pero todavía puede haber problemas mucho más graves, sobre todo si se toman decisiones personales acerca del cuerpo cuando esa libido está estancada en fases pregenitales. Justo para terminar, vamos hacer referencia a esta última situación, exponiendo casos documentados de estudio, omitiendo todo dato de tipo personal para respetar la intimidad personal y familiar, la privacidad y derecho al honor y la propia imagen.

Semáforo LGTBIQ+.
Semáforo LGTBIQ+.

Un chico de poco más de veinte años de edad, cuyos rasgos faciales de una hermosura fuera de lo común, quedaron más realzados cuando sintiendo la atracción hacia el sexo masculino, se dejó el pelo como si fuese una mujer. Posteriormente se decidió a hormonarse para realzar su pecho. Eran los tiempos del despertar del Orgullo y los desfiles. Pasaron los años y aquellas fantasías perdieron fuerza y la identidad se tambaleó para acabar dando con sus huesos en un sanatorio psiquiátrico, para más adelante solicitar del equipo médico, una intervención quirúrgica para quitarse los pechos.

Otro caso, un chico homosexual, con pareja estable, próximo a entrar en la treintena, practicaba con su pareja el sexo con penetración anal, representando el papel pasivo. Con el paso del tiempo, el esfínter anal dejó de cumplir su función, por lo que acto seguido se vio obligado a llevar pañal, pues había perdido el control totalmente, desconociendo si tenía heces o no.

Para terminar, otro ejemplo de un caso cuya libido ha ido evolucionando, pero todavía conserva parte de las fijaciones anteriores. Es un chico en la treintena que siente atracción por el sexo femenino y tiene pareja estable, pero teme tener rasgos homosexuales porque cuando ve una revista pornográfica en la que aparece un travesti desnudo, al que se le ven los pechos, con pene y testículos, le excita mucho.

Desfile del Orgullo Gay en Hamburgo.
Desfile del Orgullo Gay en Hamburgo.

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